NUESTRO MODELO

TRABAJAR JUNTOS: EL PROPÓSITO DE LAS PAREJAS FORMATIVAS

Hasta hace algún tiempo, las presiones sociales se constituían en el pegamento esencial de las relaciones de pareja. Por ejemplo, enfrentarse al estigma subyacente al divorcio, depender económicamente del marido, el temor a incumplir con el mandato religioso (“hasta que la muerte los separe”), quedar en boca de todo el mundo y demás, se constituían en razones suficientes y de mucho peso para continuar conviviendo con la pareja.

En pocas palabras, los modelos de pareja estaban determinados por sólidos sistemas de creencias que se encargaban de proporcionar la estructura necesaria para mantener a las parejas actuando bajo una lógica  en la que primaba la estabilidad sobre la felicidad.

Las actuales circunstancias evidencian profundas y rápidas transformaciones socioculturales; cada vez la mujer es más independiente económicamente, la religión  ha ido perdiendo influencia en el comportamiento social, las familias monoparentales se encuentran a la orden del día, el  índice de divorcios es cada día mayor, las instituciones familiares, religiosas, económicas y políticas que sostenían el modelo patriarcal se están derrumbando y con ellas, los sistemas de creencias que proporcionaban la estructura necesaria para mantener el orden social y mental. Dejando la atmósfera colectiva sumida en una profunda desorientación, que invade la existencia de soledad y aflicción.

Los hechos demuestran que los modelos de pareja hasta ahora existentes, ya no satisfacen las nuevas circunstancias socioculturales. Y es precisamente en este punto donde empieza a imperar el caos; donde el desorden mental se toma el poder como consecuencia de no tener claro un modelo a seguir que brinde la Estructura necesaria para saber Qué hacer, Por qué hacerlo y Cómo hacerlo. La sociedad pide a gritos nuevos modelos que indiquen qué pensar, que sentir y cómo actuar con respecto al Mundo de la Pareja.

En concordancia con lo anterior el filosofo existencialista Karl Jaspers comenta que <<no podemos trazar un rumbo esperanzador sin modelos significativos, sin imágenes realistas de aquello en lo que podemos convertirnos.>>[1] También el honorable Alvin Toffler tiene algo para decir: << los individuos necesitan una Estructura Vital. Una vida que carezca de estructura comprensible es un despojo desprovisto de sentido. La ausencia de estructura engendra derrumbamiento.>>[2]

Pues bien, una vez planteado el problema se hace necesario proponer una alternativa de solución. Por esta razón, en el marco de la COMUNIDAD FORMATIVA EL TALLER como pareja, nos hemos dado a la tarea de diseñar un Modelo de Pareja acorde con la actual realidad. Para esto nos basamos en nuestra experiencia vital como pareja desde hace seis años, en nuestra experiencia conceptual, fundamentándonos en las variables biológicas, psicológicas y socio- antropológicas que afectan el emparejamiento y a su vez, configuran una Dinámica de Pareja (autoritaria, permisiva, indiferente, formativa) asimismo, nos basamos en nuestra experiencia de trabajo como Formadores Afectivos dedicados a brindar Formación y Orientación de Pareja.

Si aún me sigues, te contaré brevemente en que consiste el propósito del Modelo de Pareja que desarrollamos y nos esforzamos día a día en Personificar.

El Modelo de Parejas Formativas tiene como propósito trabajar con la pareja en tres actividades fundamentales:

  1. En la construcción de la relación
  2. En la crianza de los hijos
  3. En la construcción de un sistema de trabajo

Trabajar junto a la pareja en dichas actividades otorga ingentes beneficios y evita enormes sufrimientos. Continúa leyendo y comprenderás el por qué de lo anterior.

1. Trabajar Juntosen la Construcción de la Relación.

Es normal que existan múltiples creencias, valores y prácticas con respecto a la forma en que se debe construir una relación de pareja. Lo cierto es que todas son muy validas siempre y cuando permitan que la relación evolucione, sea funcional y se constituya en fuente de tranquilidad, satisfacción, disfrute y felicidad. Desde la propuesta del Modelo de Parejas Formativas, el eje fundamental a partir del cual se posibilita la construcción de la relación de pareja se basa en tres componentes: Afectivo (querer hacer) Cognitivo (saber hacer) Expresivo (hacerlo).

El componente Afectivo hace referencia a las Habilidades Afectivas e Instrumentos Afectivos necesarios para mantener vínculos sanos y duraderos, así como una convivencia armónica y satisfactoria. El componente cognitivo enfatiza en el conocimiento específico de dichas habilidades e instrumentos (cuáles son, para qué sirven, cómo se desarrollan y utilizan). El componente expresivo es un llamado a la acción, es llevar a la práctica lo aprendido, pues sólo de esta forma es posible desarrollar cualquier habilidad.

Hablemos entonces de las Habilidades Afectivas Interpersonales, constituidas por la Valoración Interpersonal, el Conocimiento Interpersonal y la  Interacción Interpersonal[3].

Probablemente en algún momento de tu relación, te has sorprendido haciéndote preguntas como ¿será que realmente le importo a fulano(a)? ¿Será que mi amor es correspondido? ¿Será que fulano(a) me valora, me aprecia? ¿Será que conozco verdaderamente a fulano(a)? ¿Qué puedo hacer cuando fulano(a) tiene actitudes y comportamientos que me afectan negativamente?  Pues bien, todas estas incógnitas pueden ser despejadas mediante la puesta en práctica de Habilidades Afectivas Interpersonales. Te explicaré rápidamente en que consisten éstas habilidades y cómo benefician nuestra relación de pareja.

Empecemos por la Valoración Interpersonal, la cual está constituida por el aprecio, la evaluación y el cuidado del otro. Mediante esta Habilidad Afectiva es posible evaluar y valorar al otro, verlo tal como es; con sus defectos, virtudes, habilidades, inhabilidades, carencias, fortalezas, emociones, sentimientos, actitudes, valores, principios. Además, esta evaluación del otro, la podemos contraponer a una autoevaluación que  permita deducir qué tan compatible o posible es nuestra relación. En esta medida, cuando la evaluación sistemática de nuestra pareja arroja cada vez resultados satisfactorios, necesariamente se incrementa el aprecio mutuo y la necesidad de cuidar al otro, esto es, de contribuir activamente con la Salud Afectiva y física de nuestra pareja.

La puesta en práctica de la anterior habilidad, requiere información relevante del otro para que sea mucho más precisa y efectiva la evaluación y valoración. Por esto es necesario adquirir destreza en el Conocimiento Interpersonal.

El Conocimiento Interpersonal, es una Habilidad Afectiva cuyo  insumo más importante es el elemento Compartirse. Esta es la principal forma en que obtenemos información de nuestra pareja, por lo que resulta de gran valor compartirnos en diferentes actividades de la vida diaria, tanto como sea posible. Ahora bien, te estarás preguntando ¿pero, y qué debo conocer exactamente de mi pareja? Exactamente debemos precisar en conocer  los Afectos, los Roles y las Creencias. Por lo tanto, lo siguiente, es procesar la información que obtenemos mediante la  elaboración de una Lectura Afectiva de nuestra pareja. La Lectura Afectiva consiste en conocer al detalle cuales son los Afectos del otro, (qué le gusta y qué no le gusta con respecto a  si mismo, la pareja, los amigos, la familia, el trabajo,  la sociedad, la naturaleza, la comida, el sexo, el vestuario, la vivienda) cuales son sus Creencias, (qué piensa con respecto a la religión, la política, la economía, la crianza, el matrimonio, el manejo del poder etc) y cuáles son sus Roles (qué hace y cómo lo hace).

En síntesis, mediante la Lectura Afectiva obtenemos conocimiento útil y relevante de nuestra pareja, a partir del cual se habilita la posibilidad de saber con certeza en qué coincidimos, en qué nos diferenciamos, qué tan compatibles somos, cómo podemos construir un proyecto de vida en común y por supuesto cómo podemos interactuar de forma efectiva.

Si contamos con el desarrollo de las anteriores habilidades (valoración interpersonal, conocimiento interpersonal), necesariamente nuestra relación de pareja será fuente de disfrute, satisfacción y felicidad; en tanto que se facilitará la puesta en práctica de la Habilidad Afectiva Interacción Interpersonal. Esta se caracteriza por aplicar dos actitudes básicas a la hora de relacionarnos con el otro: la Asertividad y la Empatía.

La Asertividad, es una valiosa y fructífera actitud, su principal función es evitar que actuemos de forma agresiva, sumisa o hipócrita en situaciones donde sentimos que la contraparte ha vulnerado nuestra integridad, nuestros derechos, o por alguna razón nos sentimos insatisfechos y afectados negativamente. Para poner en práctica esta magnifica actitud es necesario resistir por un momento el efecto del asalto emocional, (ira o miedo) y luego con el ánimo reposado, es necesario planear Qué decir, Cómo decirlo y en Qué momento. Qué, Cómo y Cuándo de esto se trata la Asertividad, si la practicamos una y otra vez se convierte en una actitud que utilizamos de forma automática cuando sea necesario. Esta actitud nos permite ser hábiles desconflictuando, negociando, llegando a consensos y acuerdos que propicien el gana-gana; lo que permite mantener un vínculo de pareja sano, satisfactorio y estable.

En cuanto a la Empatía, se puede afirmar que es la actitud más favorable para mantener interacciones funcionales y armónicas;  consiste en la capacidad de sentir y escuchar las emociones, los sentimientos, las intenciones del otro. Para esto es necesario esforzarse en interpretar las señales que indican lo que el otro quiere y necesita, en ser capaz de comprehender las motivaciones y circunstancias particulares del otro, en intentar aproximarse a vivir por un instante la vida desde el sentir, el pensar y el quehacer del otro. Al igual que la Asertividad, la Actitud Empática se adquiere con la práctica constante y por supuesto con un óptimo Conocimiento Interpersonal. Cabe anotar que la Empatía es una de las principales herramientas con la cual podemos combatir un comportamiento muy recurrente, causante de mucho dolor y sufrimiento en la relación de pareja: la infidelidad. La cual según Helen Fisher se presenta en el 93 % de los casos con compañeros del trabajo.[4]

Las anteriores Habilidades Afectivas tienen a su vez una compensación bioquímica. Cuando nos permitimos compartirnos con nuestra pareja para poder conocerla mejor, cuando la cuidamos, la evaluamos, la apreciamos y cuando interactuamos adecuadamente, nuestro organismo nos premia con la producción de sustancias como la dopamina, serotonina, vasopresina y oxitocina que nos proporcionan estados de disfrute, sosiego, seguridad, apego saludable y por ende, el deseo de continuar junto a nuestra pareja.

A grandes rasgos en esto consiste Trabajar Juntos en la construcción de la relación. La receta es sencilla; la puesta en práctica no tanto, requiere voluntad, dedicación, esfuerzo, trabajo, perseverancia, paciencia, constancia y mucho más. Pero bien vale la pena, porque el resultado que se obtiene es un vínculo de pareja que se constituye en fuente de  tranquilidad, gozo, apoyo, regocijo y  felicidad.

Construir de forma consciente y activa nuestro vínculo de pareja, contribuye enormemente con el desempeño que tengamos en el oficio más complejo y fascinante que existe; el Oficio de la Crianza. Esto también hace parte del quehacer de una Pareja Formativa:

2. Trabajar juntos en la Crianza de los Hijos

Resulta de vital importancia el trabajo conjunto con nuestra pareja en la formación de nuestros hijos. Más aun en la actual sociedad, donde es tan común que tan sólo un miembro de la pareja (casi siempre la mujer) se responsabilice (a medias) de los hijos. O lo que es peor, donde ni mamá ni papá quieren asumir los Deberes de la Crianza, donde cada vez es más frecuente el crecimiento de la juventud en solitario, en absoluta desorientación, en perpetua aflicción. Donde la soledad, la depresión y el suicidio epidemias del siglo XXI –como bien lo denomina Miguel De Zubiría– amenazan con apoderarse de la joven existencia humana.

En este orden de ideas, sí en algo nos interesa contribuir con el avance de nuestra sociedad y evitar que continúe imperando la delincuencia, la violencia, los abusos de todo tipo, los crímenes, las injusticias, la inequidad y todo lo que represente caos; la mejor forma es trabajando dedicadamente en la construcción de una sana y funcional relación de pareja, a partir de la cual sea posible hacer equipo para trabajar hombro a hombro en la tarea de la crianza. No  podemos desconocer  que es al interior de la institución familiar donde se configuran los diferentes tipos de personajes sociales, desde el matón-ladrón hasta el talentoso-creativo que con su trabajo le aporta a la sociedad.

Así las cosas, nos queda la opción de hacer una acertada elección de pareja, con la que podamos trabajar de forma consciente y dedicada en la formación de nuestros hijos. Con la que podamos trabajar en pro de satisfacer las necesidades Biológicas, Psicológicas y Sociológicas de nuestros hijos. Con la que podamos trabajar para desarrollar la mente de nuestros hijos a nivel afectivo (enseñarles a interactuar consigo mismo y con los demás), cognitivo (enseñarles a pensar) y expresivo (desarrollarles el talento). Con la que podamos trabajar conjuntamente en la Crianza Formativa.

Llevar a cabo una Crianza Formativa no es para nada una tarea fácil, requiere de tiempo, mucha atención, acompañamiento permanente,  conocimientos específicos, una economía estable, entre otras variables. Por esta razón es de suma importancia una elección acertada de pareja, una construcción consciente de la relación; para que así, sea mucho más factible  Trabajar Juntos  en la construcción y desarrollo de un Sistema de Trabajo a partir de cual se generen los recursos necesarios (Vínculos, Conocimientos y Dinero).

4. Trabajar Juntos en la construcción de un Sistema de Trabajo

Los modelos hasta ahora dominantes  en lo que respecta al trabajo, han estado delimitados por unas prácticas propias de la era industrial donde el hombre salía de casa en busca de recursos, mientras la mujer aguardaba en el hogar y se encargaba del cuidado de los hijos. Luego, con el auge de la revolución industrial la demanda de mano de obra se incrementó y fue necesario que la mujer también saliera del hogar. Así, la atmósfera industrial fue minando de forma acelerada el pensamiento de la mujer hasta implantar en lo más profundo de su ser la idea de sobreponer el “desarrollo profesional” por encima del desarrollo familiar.

Las consecuencias nefastas en términos afectivos de la lógica industrial, ahora más que nunca son muy evidentes: los muchachos están creciendo muy solos debido al agitado ritmo de trabajo de papá y mamá, ya no encuentran en casa quien les satisfaga una de sus principales necesidades psicológicas <Atención>. El aburrimiento generalizado abruma sus vidas y la forma más rápida que encuentran para disiparlo es la de seguir su instinto; hacer todo aquello que produzca placer intenso aunque efímero. Razón por la que lo más común es caer en todo tipo de adicciones.

Es necesario comprehender que cualquier extremo siempre será nocivo, en la actual sociedad ya no funciona ni el modelo de ama de casa abnegada y sumisa; ni el modelo de profesional exitosa que abandona casi por completo el hogar. El desafío consiste entonces, en identificar un punto de equilibrio que permita en primer lugar, trabajar en eso que nos gusta, en lo que nos apasione, en eso para lo que realmente somos hábiles. En segundo lugar, encontrar la forma de que nuestro coequipero(a) para construir y desarrollar un sistema de trabajo sea nuestra pareja. En este punto es necesario darnos a la tarea de fusionar conocimientos, talentos, experiencias, habilidades, estilos, prácticas e ideas, para construir una nueva síntesis y desarrollar plenamente nuestros talentos mientras nos damos la oportunidad de compartirnos más, de conocernos más y de garantizar el aprecio y el deseo de continuar creciendo juntos como Trabajadores Talentosos. Por supuesto que esto es viable siempre y cuando tengamos afinidad en afectos, roles y creencias, como ya lo vimos en líneas previas.

Y en tercer lugar, es necesario saber aprovechar  éticamente las posibilidades que nos ofrece la emergente era del conocimiento o de la información, la fuerza de la red, el acceso generalizado al conocimiento y a las personas. La web nos abre posibilidades infinitas para mostrarle al mundo lo que queremos, lo que sabemos, lo que hacemos. Esto a su vez nos facilita la conquista paulatina de nuestra Autonomía, de nuestro más preciado recurso <El Tiempo>. Tiempo precioso para compartirnos y Crear Conexión tanto como sea posible con nuestros hijos, con nuestra pareja con nuestros vínculos. <Tiempo en familia> que sin darnos cuenta nuestra cultura descuidó por ir detrás del supuesto “éxito”.

Sinceramente espero que el contenido aquí expuesto te haya sido útil, que en algo le aporte a tu existencia. Y si es de tu interés, si te identificas con estos valores, prácticas y creencias; en la COMUNIDAD FORMATIVA EL TALLER nos dedicamos a trabajar para ayudarte a encontrar  puntos de equilibrio, solucionar tus conflictos de pareja, superar la separación, el divorcio. También podemos orientarte en la elección de pareja; y en la formación para la construcción de saludables y productivas relaciones de pareja.

En fin, si deseas profundizar en estos temas puedes contar con nosotros. Somos  una Pareja Formativa y hemos diseñado un Arte (La Formación Afectiva) y un Oficio (Parejas Formativas) para aquellos hombres y mujeres que quieran trabajar en la Orientación y Formación de otras parejas.


[1] Citado por  Mihaly Csikszentmihalyi en su libro El yo Evolutivo. Pág. 33

[2] La Tercera Ola. Alvin Toffler. Pág.361

[3] La Psicología Afectiva utiliza el concepto de competencias afectivas para denominar la valoración, el conocimiento y la interacción interpersonal.

[4] Helen Fisher “Porque Amamos: bioquímica del amor romántico”.

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